Esta jornada discurrió entre lagos del río Havel, y el sol, aunque a veces se escondía, estuvo. Nuestra idea era hacer picnic y bañarnos en cualquiera de ellos!! Sin embargo, costó encontrar un puesto de salchichas donde comprar la vianda, y un lago habilitado para el baño (la mayoría eran para navegar, pescar, deportes acuáticos...y no para el baño en plan playa). La etapa salió más larga de lo esperado, y casi a 10 km de meta cumplimos nuestro propósito.
Sin embargo, el tema de la playa tenemos que reconocer que fue muy extraño. Se ve que era privada y por bañarte te cobraban 4€. El agua estaba verde, y cuando dijimos de tomarnos una cerveza en unas tumbonas que había, nos las dieron en vaso de plástico. Y para colmo, solo te podías bañar en una parte de la playa. En la otra no esta permitido porque estaba a la vista de un restaurante, y nos dijeron que los bañistas "estropeábamos" las vistas de la gente que estaba comiendo allí. Estos alemanes y sus normas.... jejeje. No obstante, nada nos podía quitar la ilusión y accedimos a todo. Fue curioso y divertido este lugar tan pijo, y vernos allí con nuestros cortes del sol. Estuvimos a gusto, hasta el punto de que nos echamos hasta una siestecita... jejeje.
Pero el reloj nos hizo poner pies en polvorosa, eran las 17:15, no teníamos alojamiento en Postdam y la oficina de turismo cerraba a las 18:00. Hicimos una contra reloj preciosa de 10km, por un bosque entre lagos, y llegamos justos, a las 17:55.
Sin embargo en turismo tenían ganas de irse y no se curraron mucho su ayuda. Nos escupieron un folleto con hoteles y teléfonos, y nos chaparon. Cuando empezamos a analizar el tema, nada bajaba de los 100€. Dimos una vuelta en busca de albergues, pensiones o hospederías, pero nada. Solo veíamos dos opciones: o hotelazo (que no iba con la línea que llevábamos) o dar la vuelta a un camping que vimos fugazmente en la crono (a unos 5km).
"Marián, vamos a preguntarle a alguien por albergues"- dije yo. Y vaya a quien fue a preguntar !!. A una chica que resultó ser española y tocaya (Marian de Palencia). Vivía en esa ciudad desde hacía tres años, y justo en ese momento iba a ver a Toni, un amigo alemán que tenía internet en casa. Ambos nos ayudaron muchísimo.
Toni sacó su portátil con wifi a la calle y desde un banco estuvo buscando alojamientos para nosotros, llamó con su móvil a varios sitios. No había nada interesante y aunque nos acababa de conocer.... nos ofreció su casa!!. Aceptamos sin dudarlo mucho, y a los pocos minutos estabamos duchados, con su casa ocupada de alforjas.Pronto comprobamos que había conexión. Estudiaba historia, español y portugués, y le encantaba la música. La conversación fluía y en pocos minutos nació la amistad.
Salimos a pasear y entre clases de español y de historia visitamos el palacio de Sanssouci, y después a cenar todos juntos. Un excepcional colofón antes de nuestro último día de ruta.
Desde aquí agradecemos la amabilidad que Toni y Marian nos prestaron. Demostraron ser personas estupendas que ya siempre llevaremos en el corazón.
ETAPA 17 from RafayMarian on Vimeo.
sí, sí, hay coincidencias y hay una coincidencia muy agradable. La hospitalidad es muy importante ya veces también un enriquecimiento para la vida: nuevos amigos!
ResponderEliminarla gente buena se va encontrando ;)
ResponderEliminarclemen